viernes, 2 de septiembre de 2016

Quitando el paréntesis

Me gusta cantar en el coche. Hace unos años, tras un episodio triste en mi vida, me di cuenta de que iba conduciendo y que habían desaparecido las ganas de cantar. Ni siquiera tarareaba. En ese momento pensé, ¿volveré a ser feliz algún día? Creía que la tristeza duraría eternamente, pero poco a poco, paso a paso, todo vuelve a encajar.
Eres feliz de otra manera, aprendes a asumir lo que la vida te trae y…vuelves a cantar. Sin pensarlo, un día sucede.
Ayer volvió a pasar, de camino al trabajo. Día 1 de septiembre, curso nuevo y ganas de empezarlo bien. Estaba parada en un semáforo y me di cuenta de que estaba cantando después de muchas semanas. "A mi manera, despelucado" sonaba en la radio. Tiene gracia...No quiero decir que he vuelto a ser feliz, pero sí estoy empezando a resolver el paréntesis, y eso anima.
Cuando todo empezó, hubo varias personas que me dijeron que esto sería un paréntesis. Me sorprendió que distintas personas definieran esta etapa de la misma manera sin haberse puesto de acuerdo. Es más, incluso coincidieron en la duración del mismo, un año.
Y así me lo planteo, como un paréntesis que ojalá sólo dure un año, y cuyo resultado no altere demasiado mi ecuación vital.
Al principio el paréntesis era inabarcable, todos los aspectos de mi vida se vieron afectados por el tumor y era imposible ver más allá de la maraña.
Y eso que ya conocía el resultado, un valor negativo. Lógico considerando que el paréntesis supone pérdidas: pérdida de salud, pérdida de una parte del cuerpo, pérdida del control. Pierdes, restas y divides.
El resultado del paréntesis no lo puedo cambiar, por más que me duela y por más que llore. Lo que sí puedo hacer es intentar sacar de esa maraña negativa los aspectos positivos, las cosas buenas, las prácticas que sumen, o mejor que multipliquen.

No quiero que toda mi vida esté dentro de un paréntesis, no quiero que el tumor lo abarque todo.
Y en eso estoy ahora, intentando recuperar rutinas pre-tumor que me hacen sentir bien, que me hacen sentir normal. Se ha acabado el verano y toca volver al cole, volver a trabajar, volver a ballet, volver a hacer mi vida e incluso volver a  reír un par de veces o tres al día.  En esas rutinas recuperadas he incluido una nueva, las sesiones de quimioterapia.
Ya han pasado dos, quedan diez, y de momento las sigo llevando bastante bien. El pasado martes fue la segunda, y sigo sin efectos. Nada de nada. Mis neutrófilos se han recuperado y mi problema ahora es que las transaminasas están un poco alteradas. Eliminar el veneno es bastante trabajo para el hígado y le está costando. Frente a eso poco puedo hacer, sólo beber mucha agua y cuidarme si cabe un poco más. Aparte de eso, no he tenido nada más y que dure…
La semana próxima será importante, por el tercer taxol, por mis transaminasas y porque tengo cita con el cirujano. Otro paso, otra operación matemática que se resolverá.
Las reglas de operaciones dicen que los paréntesis se resuelven desde dentro hacia fuera así que…seguiré sacando lo bueno, seguiré buscando rutinas y seguiré cantando en el coche…





3 comentarios:

  1. Pues cantas muy bien. Y tus acompañantes de canciones, Paloma y Claudia, se lo pasaron estupendamente cantando en tu coche el último viaje a la playa.
    No dejes de hacer las cosas q te definen.
    Eres Luchi en estado puro.
    El próximo viaje me llevo yo las canciones, tanto piki-piki.

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  2. Pues cantas muy bien. Y tus acompañantes de canciones, Paloma y Claudia, se lo pasaron estupendamente cantando en tu coche el último viaje a la playa.
    No dejes de hacer las cosas q te definen.
    Eres Luchi en estado puro.
    El próximo viaje me llevo yo las canciones, tanto piki-piki.

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  3. Con las pikis a grito pelao en el coche es fácil!! De viaje donde quieras, regeton que no falte!!!

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