“Todo es veneno, nada es sin veneno. Sólo la dosis hace el veneno” (Paracelso).
Dudo que cuando Paracelso escribió esto en el
S. XVI pensara que en el futuro existiría la quimioterapia, pero es una de las
mejores definiciones que podrían darse de este tratamiento.
En eso consiste la quimioterapia, en
envenenarte para que puedas seguir viviendo. En calcular la dosis justa que
consiga matar a las células malas para que ellas no puedan contigo.
Dentro de unos años, ojalá que hubiera sido
ayer, es posible que se hable de la quimioterapia como esa técnica obsoleta con
la que se envenenaba a la gente para curarla, matar para vivir. Pero a día de
hoy es lo que hay, y es una suerte tener la posibilidad de ser tratada, aunque
sea con veneno.
El título de la entrada de hoy es una ligera adaptación
de la canción de Los Chunguitos (que tantas veces me ha cantado mi hermano),
Paracelso con toque flamenco… ¡Dame veneno que quiero vivir, dame veneno!
Yo quiero de ese veneno si estar
envenenada me permite seguir viviendo. Tampoco
es para tanto. Una vez que sabes que vas a ser envenenada pero que en principio
no mata, lo único que se puede pedir es que la dosis produzca los menos efectos
posibles, que no mate tu vida.
La gran verdad es que los tratamientos han
mejorado mucho, lo dicen todas las personas que pasaron por esto hace años y lo
corroboran mis exhaustivas búsquedas bibliográficas. Es un envenenamiento tan
selectivo que algunas veces incluso dudas de estar siendo tratada con placebo.
Espero no tener que desdecirme en el futuro, pero a día de hoy puedo
considerarme una envenenada bastante resistente.
La lista de efectos secundarios de los
quimioterápicos que me han dado hasta ahora es extensa. Cada uno de ellos por
separado quizá no es excesivamente grave, pero ¿y si los tuviera todos a la
vez?; ¿y si yo tengo algún efecto hasta ahora no descrito? Quizá deberían
incluirse los ¿y si? en la lista de esos efectos secundarios, ya que en
ocasiones pueden ser peores a los clínicamente demostrados.
En mi caso, las secuelas de cada sesión, de
las cuatro dosis de veneno que llevo, han sido distintas, pero todos los ciclos
han tenido algo en común. Por suerte, los efectos reales, los físicos, los de
la lista, han sido pocos y llevaderos. Para ser un veneno, no me está matando
del todo. He salido airosa (de momento)…ceniza de fénix…
Los “y si” también los he ido superando, a mi
manera. Algunos miedos están desde el primer día e imagino que no se superan
nunca. Otros han ido cambiando con las sesiones, renovándose cada veintiún días, esas tres semanas entre sesión y sesión que parecen eternas. Ahora con la perspectiva
que puede darme el haber alcanzado la mitad del tratamiento, pienso que fui
tonta en preocuparme por algunas de esas cosas.
Los testimonios de otras amazonas te hacen
sentir un poco mejor, y en parte por eso me animé a empezar a escribir este
blog. Ayuda conocer que hay miedos que muchas compartimos. Quizá los “y si” podrían
clasificarse como frecuentes o raros igual que se hace con los efectos
secundarios físicos. Seguro que hay algunos en los que casi todos coincidimos y
otros que sólo tenemos los que estamos más trastornados…Aun así, si cada
persona es un mundo, cada persona envenenada puede ser un universo de temores.
Dejaré el universo del resto de envenenados
para centrarme en mi historia, en mis ciclos, en mis efectos. Ya hablé de mi
primera sesión, del primer día, de la carpeta roja. Y pasó. Frente a mí, veintiún días
para experimentar esa larga lista de secuelas: náuseas, vómitos, estreñimiento
y/o diarrea, recuento bajo de células sanguíneas, caída del cabello, llagas,
dolor abdominal… no sigo porque son demasiadas. Yo estaba lista para todas y...
no tuve ninguna. Ni una secuela, a excepción del drama del pelo.
Me
produjeron más efectos los corticoides que se toman durante tres días después
de la quimio que la propia quimioterapia. Lo único que puedo destacar de
aquellas tres primeras semanas son las tremendas ganas de comer, que puede sonar
raro cuando se supone que uno de los efectos principales es la pérdida del
apetito.
Primer “y si”, ¿Y si no me ha hecho efecto? Podría
ocurrir que conmigo no funcione, que yo sea inmune al tratamiento, que mi tumor
sea resistente a los medicamentos. ¿Y si soy quimiorresistente? El no tener
efectos sumado al apetito voraz cuando se supone que debería estar con el
estómago del revés no ayudaba mucho.
La segunda y tercera sesiones fueron
parecidas, en cuanto a efectos físicos y en cuanto a los “y si”. A las ganas de
comer se le sumó ese extraño sabor en la boca. Es difícil de describir, pero
para mí ha sido como estar chupando una moneda de euro después de salir de la
consulta del dentista. Y lo peor, que la comida te sabe a nada. No parar de comer y tener la sensación de
estar comiendo cartón. Mientras comía olivas y quicos (ya que me dio por comer
cosas saladas o en vinagre) al menos pensaba que el veneno estaba haciendo
efecto y que la dosis era suficiente. Si el veneno me ha matado las células de
la lengua, alguna del tumor habrá caído…Un “y si” menos, no soy
quimiorresistente del todo y eso es un alivio.
Pero llegaron otros. Mi nuevo mayor temor, mi
nueva preocupación era que el análisis que te hacen antes de la sesión no
estuviera bien. ¿Y si tengo las defensas bajas? Si la cantidad de glóbulos
blancos ha bajado demasiado, te pueden posponer la sesión unos días. Puede parecer
una tontería, ¿Qué son tres o cuatro días en la inmensidad de los seis meses de
tratamiento? Pues cuando has marcado en rojo todos los días que toca
tratamiento y has subrayado y rodeado en fosforito el último día, el fin de los
finales, retrasarlo puede ser un mundo.
Mi día es el 9 de noviembre, y lo tengo
marcado desde que supe cuántas sesiones y cada cuánto me las darían. Ese es mi
objetivo. Cualquier retraso es un revés,
no sólo por el hecho de tener que modificar la fecha, sino porque si eso ocurre
será porque el veneno te está venciendo, te está matando de más.
De momento no me han tenido que posponer nada
y mis células sanguíneas están aguantando con dignidad, justas pero
suficientes. Me da rabia pensar que me haya preocupado demasiado o sin razones
suficientes para ello, pero no puedo controlarlo y no miento si digo que ahora
mismo estoy pensando en cómo estarán mis neutrófilos el próximo martes.
Este “y si” debe ser de los frecuentes o muy
frecuentes, ya que en la sala de espera del hospital de día está en boca de todos. Y además, no se supera
tan fácilmente, se mantiene ciclo tras ciclo.
La última sesión de AC fue distinta. No en
cuanto a efectos físicos, que fueron los mismos que en anteriores chutes:
hambre y sabor extraño en la boca. Quizá me han durado un poco más, soy mala
hierba pero tampoco soy John Wayne… aun así todos los efectos desparecieron en
una semana.
La diferencia no ha sido física. He tenido menos “y si”. Llegar a la mitad y saber que la
quimio dura ha pasado ayuda a que los miedos pasen de ser un efecto muy frecuente
a uno raro. El diablo rojo por fin ha quedado atrás. Me he sentido mejor estas tres semanas, y eso me ayuda a afrontar lo que venga. Y lo que viene son doce semanas de taxol, y una
nueva lista de efectos secundarios. Sigo estando preparada, más ceniza de
fénix.
No tengo nuevas intranquilidades, algunas he
conseguido dejarlas atrás, y otras, simplemente estoy aprendiendo a vivir con
ellas. Sigo buscando el veneno adecuado y la dosis justa para conseguir matar
los “y si”, aunque en el camino me envenene un poco.
“Todo es miedo, nada es sin miedo…Dame veneno que quiero vivir, aunque sea con miedo”
¿Y si al final sale bien?
Me emociona leerte. Frente a los "y si" tu eres en si misma el antídoto vital. #ganasdeverte
ResponderEliminarMe emociona leerte. Frente a los "y si" tu eres en si misma el antídoto vital. #ganasdeverte
ResponderEliminarMe emociona que me leas Luk.#ysinosvemospronto? Tengo ganas de veros!!
ResponderEliminarTe queda mucha vida aún amiga... Y yo que la viva #atulado... Te quiero y te admiro.
ResponderEliminar#santaconlimonenvasodetuboporfavor
Ese Santa en un crucero. #cuentaconelloamiga. #amuerte
EliminarEl miedo se vence a base de coraje, con ganas de luchar.
ResponderEliminarSiempre para adelante. Hasta la victoria siempre.
Siempre mmano. Ya lo sabes, no nos rendimos. Jamás!!
Eliminar