Llega el otoño, llega octubre, y no todo son
tonos marrones por las hojas que caen, hartas, como yo, de un verano eterno.
Octubre es también rosa. Todo el mes se tiñe de este color, aunque el día
grande, el rosa más intenso, es el diecinueve, Día contra el Cáncer de Mama.
La marea rosa supone un sinfín de actividades
informativas, charlas sobre prevención, congresos destinados a los que la
prevención nos falló, tanto mujeres como hombres, que también los hay; conciertos
benéficos,… Metros y metros de cinta rosa lista para lucir sobre nuestras
solapas; solapas que cubren pechos sanos,
y otros que están en ello.
No sé si siempre ha sido así, o que este año
soy yo la que está particularmente sensibilizada con el tema, pero me llega
información por todos lados. Los “Días Internacionales contra” no han tenido
mucha relevancia en mi vida, pero es como si a partir de ahora, el 19 de
octubre esté destinado a convertirse en una fecha importante. Un extraño
aniversario, que por desgracia tengo que compartir con demasiadas personas,
unidas como estamos por el raso rosa.
El rosa, color que representa a las mujeres,
ya que mujeres somos la mayoría de afectadas. Mujeres a las que seguramente ni
siquiera les guste este color. Como es mi caso, que fui una de esas extrañas
niñas cuyo color favorito era, y sigue siendo, el amarillo. Y ahora formo parte
de esta multitudinaria marabunta rosada.
El color que este mes lo inunda todo se asocia
a cosas dulces; es un color agradable, bonito, tierno. El amor podría ser rosa.
Ver el mundo de este color es ver el lado bueno, es hasta empalagoso de tanto
optimismo.
Imagino que por eso lo eligieron como
representativo para el lazo contra el cáncer de mama. Por ser un color femenino
principalmente, pero también por ese intento de ver la enfermedad un poco menos
agresiva, con un poco de optimismo, con toques rosados. Pues ni por esas me
gusta. Pero ni aunque los lazos fueran amarillos me gustarían, y es que no se
me ocurre un color que consiga representar los sentimientos que me produce.
¿Qué color se le pone a una enfermedad?
Quizá los malos pensamientos, los miedos, la
dureza del diagnóstico, la incertidumbre ante el abismo es de color negro. Pero
entiendo que no es buena idea elegir el negro como color representativo, ya que
más que un lazo esperanzador sería un crespón que mataría cualquier atisbo de
optimismo. Descartado el negro, por muy negros que sean mis pensamientos.
Aunque esos "negros" poco a poco se
han ido diluyendo, la información que recibo estos días me está recordando
algunos de aquellos oscuros momentos. Es como si la marea rosa estuviera
sacando a la luz todo lo malo que la enfermedad significa. Removiendo el fondo,
dejando que vuelvan a la superficie ideas tristes que ya estaban muertas y
enterradas.
No quiero culpar a nadie de mis momentos
oscuros, y menos a este movimiento solidario que tanto bien hace a pacientes,
familiares e incluso a personas ajenas a la enfermedad, pero aún ha pasado poco
tiempo desde que un trozo de este larguísimo lazo rosa me pertenece, y todavía estoy luchando por teñir de rosa mis
momentos negros.
Hoy sin ir más lejos, he conocido la historia
de una chica que pasó por esto el año pasado, a los veintidós años. Su testimonio me ha estremecido. No por duro, que
todos lo son; no por su juventud, porque nadie es demasiado viejo como para
estar enfermo, sino porque su historia me ha recordado a la mía. Verla a ella
ha sido verme a mí misma hace apenas unos meses. Cuenta en uno de sus vídeos
que pensaba: -¿Cómo va a ser malo con lo joven que soy?-. Ella es más joven que
yo, mucho más, pero yo me repetía esa misma frase una y otra vez. Volverla a
oír ha sido volver al pasado.
No quiero quedarme en ese pasado, quiero ver
la parte rosa de nuestra negra historia. Y nuestro presente es que aquí estamos
las dos, que ni sumando nuestras edades estaríamos jubiladas, haciendo frente a la enfermedad, sin arrugas de expresión, sin plan de pensiones, sin tregua.
Porque está enfermedad es muy negra, lo es,
pero también hay mucho rosa. Puede que los testimonios evoquen los peores
pensamientos, pero en cada uno de ellos hay un hueco para el lazo rosa, que
recuerda que hay esperanza, que hay que ser optimista, porque la curación es una posibilidad y la ciencia no descansa.
Cada año en este país nos sumamos veinticinco mil nuevos
casos, veinticinco mil solapas, demasiados testimonios llenos de negros matices. Difícil
convertirlo en optimismo. Pero, por suerte, los colores se pueden cambiar,
existen tintes capaces de convertir en rosa historias que ayer fueron grises o
incluso muy negras.
En eso consiste, en fijarse en las personas
que han conseguido dejar atrás los malos pensamientos, los oscuros detalles, la
tristeza. Son el espejo en el que me miro hoy, intentando aprender, para que en
mi siguiente aniversario, ya que el de este año me ha pillado muy verde, yo
pueda ser el testimonio del que alguien saque una rosa conclusión.
Eso somos cada uno de los veinticinco mil nuevos casos,
una ola dentro de esta marea rosa. Olas que en solitario no tienen mucho
sentido, pero que todas juntas conseguimos dar optimismo al inmenso mar que
supone el cáncer de mama.
¿Mal de muchos consuelo de tontos? De eso
nada. Mal de muchos...Octubre rosa.
Je vois la vie en rose...
"porque la curación es posible si se desea, y sobre todo si se pelea"
ResponderEliminarLa mejor explicación posible.
Tienes la fuerza para pelear, las ideas de superación para conseguir el objetivo.
Y la familia para empujarme. Sin vosotros, imposible! Hasta la victoria, no nos rendiremos antes!!!
EliminarQuerida Mariluz, me alegro de que tu hermano me haya dado la dirección de tu blog. Te sigo, te apoyo, te deseo que tengas fuerza hasta el final, y tengo la seguridad de que con tu actitud y el apoyo de tu maravillosa familia lo conseguirás. Sabes que es posible, vas a ganar!!! Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarSalomé, qué alegría leer tus palabras y saber de ti. Tú qué eres una experta en blog espero que no seas muy crítica!esta vía me ayuda a ordenar mis ideas y a canalizar sentimientos. Y si a alguien puedo ayudar, más que satisfecha.
EliminarTe agradezco mucho que formes parte de esta gran familia que me apoya, juntos hasta la victoria.
Un beso enorme
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